martes, 23 de septiembre de 2008

CIELO RAZZO ACARICIÓ SU SUEÑO

(COBERTURA ESPECIAL DESDE BUENOS AIRES)

Una parte del sueño estaba cumplido. Estar dentro del circuito porteño no es poco. Haber hecho tres funciones a pleno en el Estadio ex Obras Sanitarias mucho más. Con esta parte del legajo de Cielo Razzo alcanza para explicarte por qué fue una marca en su carrera haber hecho este sábado un Luna Park ante cinco mil personas. Un show que además fue mágico por la gente.
Así es que la banda de Pablo Pino llegó a otro de los míticos escenarios que tiene Argentina. Ansiosos, expectantes, nerviosos. Así dijo Fernando Aime (guitarrista) que se sentían una semana antes de tocar. Pero todo desapareció cuando subieron a escena.
Para las 22, cuando comenzó el show, unas cuatro mil personas estaban alentando, coreando los cánticos de siempre a la espera de los rosarinos. Unos cuantos globos blancos y celestes se deslizaban sobre las manos de los chicos. De golpe la luz se apagó. Una luz blanca iluminó a Javier Robledo en su batería y sonaron los primeros acordes de Televicio. Así comenzaba la esperada noche para presentar Grietas en Capital Federal.
Un sonido impecable los acompañó durante todo el show que rozó las dos horas y media. La cara de los chicos era una sonrisa. Sus miradas cómplices lo demostraban. Después de temas como Tu fricción, Algen o De caer el público ardía, los aplausos parecían interminables y sus voces el eco de Pablo. La noche recién empezaba y faltaba mucho más.
“Gracias a todos por venir. Gracias a Capital por abrirnos el Luna y gracias a Rosario”. Estas fueron las palabras de Pino. Mientras tanto, las chicas se sentaban sobre los hombros de algunos varones y se posicionaban para seguir la fiesta. Para quienes los vieron ir creciendo de a poco, para quienes los vieron pelearla es gratificante la sensación de verlos ahí arriba. “Que una banda independiente haya logrado esto es porque algo de magia tiene”, dijo alguien que estaba al costado del escenario. Y es así. Ver esa situación, como lo fueron aquellas veces en el Obras, explica esto.
Cuando ya había pasado más de media hora de show, el campo vivía un clima de fiesta, los chicos sobre el escenario se los veía más relajados. El termómetro comenzaba a marcar cada vez más temperatura. Atrás quedaba el frío y el viento del barrio porteño de Retiro. Sin duda, De caer fue uno de los mejores momentos de la noche.
Casi tapando la voz de Pablo Pino, los miles de fans que estaban en el Luna coreaban La cruz como si fuera la última vez. Pero así como la euforia parecía acaparar la noche, llegó la calma y emoción cuando Cielo Razzo hizo La cuna del sol.
Para ese entonces ya habían pasado los primeros invitados. Fueron tres músicos que acompañaron en La cruz con violín, violonchelo y una flauta dulce. Ellos fueron presentados como Cecilia, Virginia y Cachi. También se dieron el gusto de hacer un cover. “Hacía mucho no lo hacíamos”, dijo la voz principal. Así sonó Promesas sobre el bidet, de Charly García, con un marcado estilo de la banda rosarina.
Un “gracias a todos por venir” se repitió en varias oportunidades de la noche. Y Pino volvió a remitirse a este sueño: “Si nos hubieran dicho hace unos años si íbamos a estar tocando en el Luna Park, no lo hubiéramos creído. Como tampoco lo podemos creer ahora”.
Uno de los momentos exclusivos fue cuando hicieron un tema que no formó parte de Grietas y se llama El Vagón. Javi abandonó la batería para sentarse sobre un cajón peruano, Pablo retornó a su electroacústica y una especie de paz se adueñó de la noche.
Después de eso, el lugar definitivamente explotó con Barec y luego con Luna. Y llegó el turno de llamar a los amigos rosarinos. Para eso subieron a escena Dani Pérez (Sucesores de la Bestia), Ezequiel Choza Salanitro (Sikarios), Nahuel Marquet (Degradé), Lolo Luciani (Fluido) y el Polaco Abramovsky (El regreso del Coelacanto). Aquí el único reclamo fue que no todos los micrófonos estaban en su justo volumen y sólo en algunas ocasiones se escucharon todas las voces. Sin embargo, la gente cantó, bailó y respetó a estos músicos que para muchos eran desconocidos. Qué se yo fue otro de los grandes momentos de la noche del 20 de septiembre.
Luminoso, Satiretalised y Sin salida también formaron parte del track list. Y cuando habían pasado dos horas que los rosarinos estaban tocando, el Pájaro Almirón (primera guitarra) dijo: “Gracias a todos, loco. Gracias por haber venido. Ya nos estamos yendo”. El final estaba latente. Pero ni ellos ni su gente querían acabar con esta noche mágica.
La lista, aparentemente, terminaba con La roca. Adrenalina al máximo. Pero cuando se despidieron y la gente exigió más Cielo Razzo, no dudaron un segundo en hacer un par de temas más. Ni ellos se querían ir, eso estaba claro. Chapa y bandera fue el antecesor del cierre que estuvo a cargo de un clásico, Charlone.
Y aunque las luces ya se habían prendido y las agujas del reloj se acercaban a la 1 de la madrugada, los chicos y chicas parecían no querer retirarse y exigir más. Cielo Razzo logró llegar al Luna Park, tocar frente a unas cinco mil personas. Desde la lucha, recorriendo ciudad tras ciudad, consiguieron cumplir el sueño. ¿Misión cumplida? Ojalá que no!

1 comentario:

Unknown dijo...

divina
divina
pusiste en palabras todo lo que pasó ahi, tal cual, con sentimiento pero sin ser groopie.
Leyéndote no parece que vos eras una de esas chicas que sutilmente mencionás, agitando desde las alturas de algún par de hombros...ja

rosarina, soy tu fan!
espero tenerte seguido por estos pagos, con o sin cielo razzo
ya tu audiencia sabe q sos una GROSA... desde el tren! POR EL AMOR DE DIOS
besos para todos chicos, los escucho siempre

la porte

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