Después de un largo tiempo alejado de los escenarios rosarinos (mientras tanto estuvieron de gira por Brasil), terminó la espera. VUDÚ, la banda que lidera Ike Parodi, comenzó su show cerca de la 1 del domingo para registrarlo luego como el primer disco en vivo. En medio de un escenario cálido que era acompañado por un láser verde que iluminaba anticipando la fiesta que se viviría esa noche, los miembros de Vudú aparecieron en escena.
De recorrida por sus tres discos (Vudú, Sueños Eléctricos y Picaseso), los cuatro integrantes lograron deleitar a los espectadores que colmaron Willie Dixon. Todos los chicos y chicas saltaron, bailaron, gritaron y especialmente disfrutaron de una de las mejores bandas que en estos momentos hay en Rosario. Y eso quedó reflejado.
La noche tuvo muchos condimentos, desde sus poderosas canciones con un tono cálido, aunque sin dejar a un lado ese color que sólo un guitarrista con la calidad de Willy Echarte le puede poner, hasta los temas en que Ike con su voz consiguió esos tonos que nos hacen viajar a otra dimensión pero que en algunos momentos sonó un poco desprolija en base a lo que nos tiene acostumbrados.
A mitad de la noche, Nahuel Antuña salió a escena solo para mostrar lo que sabe hacer con su Fender. Aunque arrancó con un desperfecto que lo obligó a dejar de tocar, retomó en cuestión de segundos y dejó a todos
boquiabiertos mientras usaba distorsión y un efecto muy psicodélico. Para los últimos momentos, Vudú invitó a un amigo de la banda: Bruno, el tecladista de Los Vándalos, que interpretó junto a ellos dos temas.
En uno de los últimos el batero tampoco se quedó atrás y realizó un solo, que si bien fue corto pero contundente, arengó a la multitud a disfrutar de las últimas canciones.
Con un show de 120 minutos, aproximadamente, una vez más VUDÚ fue un verdadero espectáculo. Y es cierto que es bueno esperar para que en momentos donde escasea la buena música se reciban estos cachetazos de calidad. VUDÚ demostró que suenan prolijos y contundentemente poderosos.
De recorrida por sus tres discos (Vudú, Sueños Eléctricos y Picaseso), los cuatro integrantes lograron deleitar a los espectadores que colmaron Willie Dixon. Todos los chicos y chicas saltaron, bailaron, gritaron y especialmente disfrutaron de una de las mejores bandas que en estos momentos hay en Rosario. Y eso quedó reflejado.
La noche tuvo muchos condimentos, desde sus poderosas canciones con un tono cálido, aunque sin dejar a un lado ese color que sólo un guitarrista con la calidad de Willy Echarte le puede poner, hasta los temas en que Ike con su voz consiguió esos tonos que nos hacen viajar a otra dimensión pero que en algunos momentos sonó un poco desprolija en base a lo que nos tiene acostumbrados.
A mitad de la noche, Nahuel Antuña salió a escena solo para mostrar lo que sabe hacer con su Fender. Aunque arrancó con un desperfecto que lo obligó a dejar de tocar, retomó en cuestión de segundos y dejó a todos
boquiabiertos mientras usaba distorsión y un efecto muy psicodélico. Para los últimos momentos, Vudú invitó a un amigo de la banda: Bruno, el tecladista de Los Vándalos, que interpretó junto a ellos dos temas.En uno de los últimos el batero tampoco se quedó atrás y realizó un solo, que si bien fue corto pero contundente, arengó a la multitud a disfrutar de las últimas canciones.
Con un show de 120 minutos, aproximadamente, una vez más VUDÚ fue un verdadero espectáculo. Y es cierto que es bueno esperar para que en momentos donde escasea la buena música se reciban estos cachetazos de calidad. VUDÚ demostró que suenan prolijos y contundentemente poderosos.
Cronista invitado:
Ag.U - músico
(baterista La Hilacha)

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